La leyenda de los muertos vivientes

Una leyenda es un relato breve sobre un acontecimiento sobrenatural, imaginario o real que es heredada de generación en generación y puede ser oral o escrita. Otra definición de esta forma literaria explica qué es una narración tradicional de un hecho qué mezcla lo irreal con lo verdadero. 

Comparto algunas leyendas que han despertado mi curiosidad:

Los Gjengangers...

"Muertos vivientes", data al rededor del año 800 cuando corría la creencia de fantasmas asesinos que podían tocar a la gente y marcarla para matarla, según una leyenda vikinga los susurros, gritos y ruidos sobrehumanos emergían en las horas oscuras. Algunas personas aseguraron ser testigos de personas ya muertas que deambulaban por los alrededores del cementerio como un fantasma regresado de la tumba.

"Según la leyenda, los Gjengangers pueden tener varias razones para volver a la vida: haber sido asesinados, ser suicida o haber dejado un asunto pendiente, siendo a menudo, una persona viva la que tendrá que ayudar al espíritu a resolver el asunto para que pueda volver a descansar en paz" 

Según la tradición vikinga los Gjengangers eran crueles, violentos y solían atormentar a sus seres queridos durante su vida, siendo ellos los que se ocupaban de dar sepultura permanente al difunto.  Los Gjengangers malévolos se remontan a la era de los jefes vikingos que complacían a sus dioses guerreros demostrando su bravura con rituales de muerte y enterramiento en tierra para los que se incluía esclavos llamados Thralls... 

... En su mayoría mujeres que eran enterradas con Tothems y artilugios para los dioses con la creencia de que les ayudaría en su viaje hacia otra vida en el Valhalla; especie de palacio de los muertos, el paraíso donde Odín convocaba a los héroes de guerra muertos en combate y a los reyes que merecían un lugar junto al dios padre.

La siguiente leyenda data durante el periodo Kamakura (1185-1333). Había una creencia apocalíptica en el Mappō, que significa Los Últimos Días de la Ley. Los budistas creían que estaban viviendo el Fin de los Tiempos y que no tendrían más vidas en las que redimir sus almas: pues creían estar atrapados entre el Infierno y la redención del buda Amida. Esto llevó a una forma de arte llamada Pergaminos del Infierno, que también eran mencionados por el nombre de Jigoku: 

Que és, el inframundo del budismo japonés donde hay demonios, fuego y castigos inhumanos y crueles: mucho más infernal que el "Yumi-no-Kuni, el infierno sintoísta" que mostraba el horrible sufrimiento para aquellos que no alcanzaban la salvación. 

Entonces nació la leyenda de Kasha que se creía que eran horrendos gatos demoníacos comedores de cadáveres; también se tenía la convicción de que eran una entidad espiritual similar a un gato y que estos se encontraban cerca de los crematorios tratando de alimentarse de cadáveres humanos.

 

La creencia de los Kasha era que a medida que los gatos envejecían, su cola crecía desarrollando poderes mágicos. El miedo de estos gatos demoníacos ha existido por mucho tiempo en Japón, y desde tiempos antiguos, la sabiduría popular nos dice: 

"No dejes a los gatos cerca de cadáveres" y "Si un gato salta sobre el ataúd, el cadáver que está dentro del ataúd se levantará." 

Miedos como estos han dado lugar a tradiciones supersticiosas como cortar la cola de un gato con el fin de evitar el desarrollo de poderes mágicos. 

Para evitar al Kasha, las familias japonesas hacen ruidos fuertes con campanas, gongs y tambores para mantener una vigilia sobre los cuerpos de los difuntos. 

Si fueras una mala persona durante tu vida, una vez que mueras aparecerá el Yōkai: espíritu, demonio, espectro con parte humana y parte animal que llevará tu cuerpo al infierno usualmente en un carro de fuego.

 Hay la creencia de que Los Kasha, siendo una clase de Bake-neko, (gato monstruoso con habilidades sobrenaturales) a menudo viven entre los seres humanos, disfrazados de gatos domésticos, o vagabundos. Sin embargo, revelan su verdadera forma durante los servicios funerarios, cuando saltan de los tejados para sacar cadáveres de sus ataúdes, siendo como mensajeros o sirvientes del infierno, en cuyo caso se les encarga recolectar los cadáveres de los seres humanos perversos que van al infierno para ser castigados.

En Yamagata, una ciudad de la región de Tohoku los sacerdotes llevan a cabo la celebración de dos ceremonias fúnebres para los difuntos. La primera ceremonia es falsa, porque el ataúd está solo lleno de rocas, así qué si un Kasha viene para llevarse el cuerpo terminará con no llevarse nada. La verdadera ceremonia tiene lugar después, cuando el riesgo de un encuentro con un Kasha se reduce.