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martes, 31 de enero de 2012
Te puede pasar a ti (Tan real cómo la vida misma)
Me encontraba tomando un café, mientras leía un artículo en el periódico, que hacía alusión a la aristocracia, o más bien diría yo, a los nuevos ricos.
Me quedé unos segundos meditando. Me pareció vergonzoso lo que estaba leyendo. La publicidad que algunas cadenas televisivas están dando a este tipo de de personas ostentosas, que se vanaglorian de sus riquezas, mostrando su opulencia, sus mansiones y sus cochazos, en unos tiempos de absoluta austeridad.
No he podido contener la necesidad de compartir como me he sentido.
¿Dónde está la dignidad de estos impresentables? Que parecen mofarse, de los millones de parados y de la desdicha de los demás.
En estos tiempos tan duros, dónde la vida de muchas personas, parece reflejarse en un espejo resquebrajado en el que el más mínimo roce lo puede romper en mil pedazos. La presencia de dichos programas es un ataque a la dignidad humana, falta de toda ética y moral.
No hay más que salir a la calle y observar el rostro la mayoría de personas que nos rodea, para sentir su precaria situación.
Estos programas cuyo único contenido es pura hipocresía, y que se engrandecen del lujo en un canal de televisión, son la vergüenza de ese mundo llamado aristocracia.
La exagerada exhibición de este tipo de persona egocéntrica y vanidosa queda fuera de todo argumento en un mundo agitado por un estatus precario.
La desigualdad social, aumenta a pasos alarmantes. Parece un cruel logotipo con una sola frase. “Bienaventurados sean los adinerados”.
¿Porqué cada día hay más ricos y más personas sumidas en la pobreza? ¿Hasta cuándo el capitalismo, nos seguirá aplastando? ¿Cuándo el ladrón de guante blanco, será realmente juzgado?
Demasiadas preguntas y ninguna respuesta. Como dijo Machado:
“No és poder decir lo que se piensa, si no pensar lo que se dice”
Continué leyendo y reflexioné ante tantos y tantos eufemismos, dentro de la lógica que domina lo ilógico.
Mi café se quedo frio y mi estomago nauseabundo, invadido por sensaciones de un mundo irracional.
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El último catón
Autora Matilde Asensi Editorial: Editorial Planeta Idioma: Castellano Número de páginas: 576 Encuadernación Tapa dura Año de edición: 200...
y lo que nos quedará por ver....
ResponderEliminarCierto Myriam, ojála todo cambie, besos.
EliminarEstoy con tigo Nuria, uno siente
ResponderEliminarverguenza y sobretodo indignación
La aristocracia mostrando por
medio de las tv, tan lujosas mansiones y por otro lado, las
telebasura con concursos millo
narios ¿adónde está la crisis?
Un abrazo sincero, Ángel-Isidro.
http:/elblogdeunpoeta.blogspot.com
Gracias Ángel por tus palabras y apoyo, ojála todo cambie, un abrazo.
Eliminar¡Hola Nuria! A mi también se me han "revuelto las tripas" con tu texto.
ResponderEliminarPrecisamente justo antes de leerlo estaba viendo un correo que me ha enviado un amigo. No he podido evitar que se me saltaran las lágrimas. ¡Dios, que mundo más injusto! Con tu permiso lo incluyo en el comentario.
Salir a comer fuera en Vigo
18/12/2011
Hay niños de Vigo que creen que salen a comer de restaurante todos los fines
de semana. Van con sus padres a un establecimiento situado en Teis, que un
día fue un asador llamado Mautte Grill. Hoy es un comedor de caridad, pero
no lo parece. Porque se mima hasta el último detalle para que los comensales
se sientan a gusto y, sobre todo, para que los niños no sepan que les da de
comer una institución benéfica.
Me lo cuenta mi amigo Ricardo, que es el vicepresidente de Vida Digna, la
heroica ONG que gestiona este comedor, donde cada fin de semana almuerzan no
menos de quinientas personas sin recursos, que son, cada día más, vigueses
de clase media empobrecidos por el desempleo.
El menú, ayer sábado, estaba compuesto por entremeses variados, conejo a la
cazuela y, de postre, melocotón en almíbar.
El restaurante ha sido dividido en dos partes. En la zona general, comen los
que van solos. Pero el antiguo espacio para fumadores ha sido habilitado
especialmente para familias. Todo allí tiene que parecer idéntico a un
restaurante. Los niños no deben saber que están comiendo en un local de
caridad.
Para conseguirlo, los voluntarios actúan como camareros. Se sirve y retira
cada plato en todas las mesas. Se acude a consultar si la comida es de su
gusto. Y, en lugar del melocotón de lata, a los postres se les canta una
modesta carta, para que los chavales puedan escoger entre helado, yogur,
piña, flan, fruta o cualquier otra lambonada, que se reservan para esta zona
entre las donaciones que hacen empresas de la ciudad.
Me lo cuenta ayer mi amigo Ricardo, mientras tomamos una cerveza, y me
parece emocionante. La historia tiene algo literario. Y supongo que esos
niños vigueses algún día entenderán, ya mayores, dónde iban a comer con sus
padres. Y lo dura que es la vida. Y lo jodida que es esta crisis.
Vida Digna, que pertenece a la Iglesia Evangélica situada en Vázquez Varela,
moviliza cada fin de semana a dos docenas de voluntarios para atender el
restaurante. El personal son profesionales solidarios de diversos sectores.
Que, cuando toca, se reconvierten en camareros. Tengo el honor de conocer a
un cirujano de mucho prestigio que se pone el mandil y coge la bandeja como
si tuviera el título de la Escuela de Hostelería. No vamos a decir que
parezca de El Bulli, pero se da un xeito.
El próximo fin de semana, Vida Digna tiene un nuevo reto. El sábado, habrá
de dar comida y cena, porque la Navidad cae en ese día. Tendrán que redoblar
sus esfuerzos. Para esa noche, están ultimando el menú: entremeses,
langostinos, ternera al horno, postres y delicias navideñas.
Me gustaría decir qué empresa dona los mariscos, pero no me dejan. Aquí todo
es anónimo y desinteresado. Porque unos niños de Vigo saldrán a cenar esta
Nochebuena a ese restaurante donde, cada fin de semana, sus padres los
llevan a comer fuera.
Querdia Teresa, justo hace apenas unos días, vi la noticia en las notcias de un programa televisivo... pille un cabreo monumental ¿no les da verguenza, recrearse con la miseria humana? ¿Acaso no pensaron, que podian verles amiguitos de los niños y darse cuenta de dónde estaban, al sacarles en la tele? No logro comprender hacía donde se encamina este mundo, que no siente dignidad ni por mostrarla la precariedad d elas personas, menos noticias así y más ayudar a que todo esto terminé de una vez, gracias por tus palabras y un fuerte abrazo.
EliminarImpresionante; sinceramente es vergonzoso ver como la desigualdad supera fronteras y arrasa contra toda edad, raza ni religión; Esto me recuerda a una célebre frase de Evita en la que decía algo así: "La riqueza de muchos es la causa de la pobreza de tanta gente..."
ResponderEliminarque razón tenía y esa frase, a medida que han trascurrido los años se potencia más y más, haciendo siempre de ella, una frase vigente..
Reflexivo escrito..
Un abrazo!
Gracias por tus palabras Movisi, besos.
EliminarMagnifico escrito, Nuria.
ResponderEliminarIndigna ver a tantas familias padeciendo de manera tan cruel la crisis. Gente normal que no tiene ninguna culpa de ello. Gente, que solo se ha dedicado a trabajar para vivir, o más bien, vivir para trabajar. Y yo me pregunto: ¿Tenemos que aguantar encima, la vergüenza de ver estos programas?
A mi modo de ver, si nadie los mirará, dejarían de hacerlos. Un beso.
El problema Marple no és en la audiencia, que no creo que sea mucha, si no en las marcas públicitarias, que pagan supercontratos a estas personas que muestras todo lo que tienen, incluidas sus casas... gracias por tus palabras, besos.
ResponderEliminarNuria
ResponderEliminarComo Ministro Evangelio (al ser consejero) tengo una visión solidaria, pero nuestro mensaje y apoyo esta basado en la palabra de Dios; si todos buscáramos aunque sea por curiosidad en la Biblia encontraríamos las respuestas a muchas de nuestras preguntas (leer Santiago cuando se expresa sobre los ricos) también es cierto que muchas personas solo se sensibilizan cuando le tocan el bolsillo, antes vivían la gran vida sin importarle demasiado el prójimo(no es tu caso que se tu compromiso social)Argentina atravesó una crisis similar y salimos adelante; aunque hay mucha brecha entre ricos y pobres, un abrazo
Cierto Néstor, la verdad es que me he leído la Biblia, tanto el antiguo como el nuevo testamento y sí ayuda a entender un poco o como bien decimos "dios aprieta pero no ahoga" el problema és, que mientras aprieta la imprensión es que te ahoga sin remedio, yo sufro mucho con las personas que tienen que tragarse su dignidad y acercarse a servicios sociales para poder alimentar a sus hijos, mientras otros hacen opulencia con descaro... pero asi és la vida nos guste o no, besos.
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