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sábado, 5 de noviembre de 2011

EL ÚLTIMO VIAJE


Era un amanecer sombrío y húmedo, dominado por el encapotado cielo. Durante toda la noche habían caminado bajo la incesante lluvia. Avanzaban pesadamente sobre el fango con la cabeza cabizbaja. La mochila que portaban en su espalda, hacia que a cada paso que daban sobre el barro fuera más arduo y extenuante. En sus rostros se apreciaba la expresión de la derrota, y en sus cuerpos cansados la desolación y el abatimiento. Al final de su triste recorrido, cubierto de muerte y dolor, les esperaba el último de sus viajes. El más doloroso y a la vez, el que por fin les daría la liberación a tanto sufrimiento.
Llegaron a su fatídico destino. Un pequeño pueblo al sur de Alemania invadido por la Gestapo. La voz de un oficial, rompió el entristecido silencio.
-Vamos, todos contra el muro, -gritó el oficial, dando un empujón a uno de los soldados que estaba cerca de él.-
Derrotados y abatidos, sin pronunciar ni una sola palabra se situaron delante del muro.
-Apunten –gritó el oficial, mirando con cara de satisfacción hacia los prisioneros-
-Disparennn, fueeego…
Y con el ruido ensordecedor de los fusiles llego el silencio, el olvido y el terrible recuerdo.

6 comentarios:

  1. Nuria amiga, muy fuerte es tu relacto pero muy cierto y verdadero, tu no recuerdas esos tiempos y yo muy poco, pero eeran tan reales como los describes y compartes en este rincón qiue para mi es muy grato visitar siempre, antia y siempre amiga y compañera es para mi un placer dejarte aqui mis humildes letras.
    Un abrazo de amigo y de hermano.
    Eloy Gzman Otero Iglesias.
    05-11-2011

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  2. Gracias Eloy por pasar por mis letras, un abrazo de amistad.

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  3. Gracias Nuria por permitirnos entrar en tú blog, siempre qué pueda lo haré con mucho gusto. Un abrazo.

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  4. Gracias a tí Josefa, será un honor para mi que sigas disfrutando de mis escritos, un fuerte abrazo.

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  5. Qué bonito y qué triste. Siempre me ha dado escalofríos pensar en esa imagen tan horrible. ¿Qué pasarían por esas cabezas en ese momento? El frío del terror y la desesperación.
    Muy conmovedor.

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  6. Gracias Estefanía, la verdad es que yo pensaba lo mismo al escribirlo. tepones en su lugar y se te estremece el cuerpo... un abrazo.

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